Costa Rica, el país de la naturaleza (parte 3 de 3)

Costa Rica - Naturaleza

Costa Rica, el país de la naturaleza (parte 3 de 3)

Último post de la trilogía del viaje a Costa Rica, lo bueno se hace esperar, y como este país, no hay prisa, sino visitar Tortuguero.

Antes de ir busqué por diferentes bloques como era este país, y me quedo claro a qué se debía su nombre. Playas inmensas, bosques tropicales llenos de fauna, ríos de colores, cascadas, etc. La emoción de emprender este viaje era inmensa!

Primera parada en San José, la capital, una capital pequeña y se nota que es latinoamericana: edificios coloniales, mucho comercio, y tenía poca historia. Su corta historia comienza en 1737. Destacan la catedral, teatros, edificios gubernamentales y el mercado. Lo más pintoresco son sus casas coloniales, aunque tampoco hay muchas. La visita a la capital no creo que sea obligatoria, por falta tiempo os recomiendo que vayáis directamente a otra región.

 

Después de San José visitamos Torturguero, mi región preferida. Para llegar cargamos las maletas a una barca y río abajo! Llegamos y con el río hemos retrocedido muchos años atrás: hacia la calle sin asfaltar, en el núcleo del pueblo no hay grandes hoteles y sobre todo mucha naturalidad y vida en las calles. Cualquier descampado se convierte en un campo de fútbol. Y como no hay carretera para llegar tampoco hay coches.

Una temporada así vale la pena vivir, el estrés no lo conocen en Tortuguero. Actividades recomendadas, como ya comentamos en los anteriores post: fresa de las tortugas, de lo más impresionante que he visto en mi vida y un paseo por los ríos.

 

Carretera y recorremos el país hacia abajo, a unos de los destinos más conocidos de Costa Rica gracias al libro Pura Vida de José María Mendiluce en que la mayoría del relato pasa a Puerto Viejo donde la protagonista conoce a un habitante de allí. La mayoría de la población proviene de Jamaica, antiguos esclavos que llevaron a Costa Rica para construir el ferrocarril. Ahora viven del turismo y todavía sobreviven algunos pescadores. Se nota mucho las raíces jamaicanas en sus calles.

También visitamos el poblado de los indígenas, los indios bribri, que nos mostraron como vivían antes en la selva.

 

Nos adentramos en el centro de Costa Rica, y comienza el recorrido más turístico. En La Fortuna se encuentra el Volcán Arenal, muchas veces está tapado por las nubes, pero cuando se es impresionante la montaña que tenemos delante.

Una excursión por hacer es por los bosques con un guía y te cuenta toda la fauna y flora. Hay guías muy preparados. Y nos espera el paraíso, el Río Celeste: sus aguas son de este color y se deben a la alta concentración de silicatos de aluminio que posee sus aguas.

 

Preparados para el parque de atracciones al aire libre de los europeos y americanos: Monteverde. Kilómetros de canopy, tirolinas y puentes colgantes que se pierden entre los árboles. Una descarga de adrenalina mientras ves en monos bajo tu! También os recomiendo una ruta por la noche para ver la gran cantidad de animales que hay, si puede ser con un guía local, ya que sabe dónde se encuentra cada animal.

 

Y bienvenidos al Pacífico, en el Parque Nacional de Manuel Antonio. El lugar más turístico, ya casi es un turismo de masas. Se echa de menos la tranquilidad de Tortuguero. Lo más impresionante las playas en los parques naturales, de película total y mientras tomas el sol debes tener cuidado ya que los mapaches y monos te roban la comida o una iguana gigante lo toma a tu lado.

 

Es un país que no me dejó indiferente. Viven por y para el turismo, pero turismo de calidad. Nos cuidan, ya que saben que somos un factor importante en su economía. Quieren que aprendamos de su país, y lo mejor que lo respetamos, ya que la naturaleza es el mayor patrimonio que tienen.

En los parques naturales tienes que pagar, lo hicimos encantados, así pueden tener personal para cuidarlos. Para recorrer el país lo mejor es alquilar un coche.


Dos semanas siendo Frank de la Jungla en Costa Rica! (parte 1 de 3)

Costa Rica - Animales

Dos semanas siendo Frank de la Jungla en Costa Rica! (parte 1 de 3)

Uno de las mayores razones que tenía de ir a Costa Rica eran los animales, ya que es uno de los países con más biodiversidad del planeta, preparando el viaje te imaginas la gran cantidad de animales, y que te vas a convertir en el nuevo Frank de la Jungla ?

Cuando Miriam y Araceli (mis compañeras de viaje), me propusieron este destino, me lo pensé poco, un día de búsquedas por Internet para ver que podía encontrarme y fue su biodiversidad la que acabó convenciéndome. Al principio todo animal que se meneaba, me emocionaba de verlo, hasta la gran cantidad de vacas que hay en sus campos junto a algún caballo o las gallinas que tienen la mayoría de casas en el campo. Cuando empezamos a ver bastantes animales fue en el Parque Nacional de Tortuguero, y gracias a un guía de allí, Rafa Albir, nos adentramos por sus canales y empezamos a ver monos araña, la primera rana durante todo el viaje (de color rojo, mejor no tocarla que es venenosa y los aborígenes las ponían en las lanzas como veneno), iguanas en los árboles, tucanes, garzas, intentamos buscar un caimán que al final no vimos, y un buitre negro llamado zopilote, y no pude hacer fotos a una de las experiencias que más me impresionaron: el desove de tortugas.

 

 

Después de Tortuguero bajamos a Puerto Viejo, donde me quedo con más ganas de ver animales: unos pequeños murciélagos escondidos bajo una hoja, langostas que me recordaban a “Tenacitas” que pescaban en la misma playa, perros tirados en el medio de la calle que no podían aguantar el calor y por horarios no pudimos entrar en el Centro de Rescate Jaguar, un centro de rescate, rehabilitación y reintroducción de animales silvestres.

 

 

El siguiente destino fue La Fortuna donde pude hacer una de las fotos que más ganas tenía, la famosa rana verde de ojos rojos, se que es la típica foto, pero ves la rana y te quedas impresionado, parece de juguete, no parece real con estos colores! En La Fortuna hicimos gracias a Hector Altamirano realizamos una excursión por las lomas del Volcán Arenal y encontramos en un camino una víbora terciopelo, una de las serpientes más venenosas que hay, y ante nuestros ojos Héctor empezó “a jugar” con ella, nosotros estábamos a 5 metros de distancia, acojonados no, lo siguiente!

 

 

Llegados a Monteverde empieza lo bueno, almorzando en el hostel veíamos en las ventanas una familia de monos carablanca, y enseguida salimos, con un poco de miedo a que nos dieran un mordisco les dimos un poco de comida, pero la excitación de tocarlos fue máxima! Por la tarde noche, en el mismo hostel organizaban una excursión por los alrededores donde vimos una gran cantidad de animales: ranas de varias especies, lechuzas, tarántulas, y algún mamífero cuyo nombre no me acuerdo. Al día siguiente fuimos al Canopy (tirolinas) y al acabar nos quedamos abobados mirando los colibrís, increíble la velocidad que se mueven estos pájaros, lo diminutos que son y como se suspenden en el aire.

 

 

Al final nos quedaba la parte donde puedes ver más animales, el Parque Nacional de Manuel Antonio, al sur de San José. Por la carretera hacia Manuel Antonio paramos en el puente del río Tárcoles, por fin los vimos, mejor verlos desde el puente y hacer zoom con la cámara…El camino hacia las playas es un casi un safari con perezosos, monos araña, mapaches, saltamontes de colores, pero la diversión llega en la misma playa, ya que donde vamos a poner la toalla ves una iguana gigante tomando el sol, y sin intención de irse. Cuando ya estábamos en el mar, una familia de cuatro mapaches iba buscando por todas las mochilas algo para alimentarse y salimos corriendo para que no nos robaran nada, por suerte nosotros no fuimos víctimas, pero nuestros vecinos si. Una vez tomando el sol y medio dormidos, volvió la iguana. Mientras, a 10 metros al interior había unas familias de monos carablanca que se alimentaban a costa de los turistas. Toda una convivencia en la playa con los animales, donde no tienen nada de miedo a los humanos.

 

 

Si te encantan los animales, Costa Rica es uno de tus destinos, sin adentrarte por sus selvas puedes ver una gran biodiversidad y sobretodo un gran respeto por ellos. Los ticos saben que la fauna es una de las grandes riquezas del país, y gracias a ellos se están convirtiendo en uno de los destinos potenciales de turismo responsable.


Los “ticos”, buenos anfitriones de Costa Rica (parte 2 de 3)

Costa Rica - Los "Ticos"

Los “ticos”, buenos anfitriones de Costa Rica (parte 2 de 3)

Antes de visitar Costa Rica me hablaron y encontré en varios blogs de viajes que losticos (gentilicio coloquial de los costarricenses, y además con el fichaje de Keylor Navas por el Real Madrid, aún se dio más a conocer este apodo) eran muy amables y te recibían como uno más. Así lo pude comprobar cuando pisé el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría en San José, todo eran sonrisas y buenas palabras, menuda diferencia de Miami donde realicé el transbordo aéreo…

Esta es la segunda entrada de las tres dedicadas a un viaje a Costa Rica, donde voy a hablar de su gente. la verdad que me dieron muy buena impresión aunque también era dependiendo la zona. En San José, al ser la capital es el sitio que más variedad personas variopintas que encontramos: ticos (se ve de lejos que son ticos), algún turista y mochilero, trabajadores de oficinas y gente pidiendo para poder comer algo (el sitio que más pobreza encontramos!)

 

 

Primer destino después de San José, y donde la gente fue más amable: Tortuguero. Aún se vive como se vivía antes, la gente es muy amable, los niños juegan en la calle, la gente se relaciona con los turistas. También encontramos un poco de pobreza.

No os fiéis tal como os vienen a recibir que sólo os quieren vender las excursiones. Una vez hayáis dejado las maletas en la cabaña pregunta a varias personas para realizar las actividades y negocia los precios.

 

 

En Puerto Viejo cambió la cosa, no es que la gente sea peor, sino diferente. Los habitantes de Puerto Viejo son afrocaribeños procedentes de de Jamaica, que llegaron hace más de un siglo para la construcción del ferrocarril. Se nota que han sufrido en esta vida, y no son tan abiertos como la mayoría de ticos, les cuesta que les hagan fotos, y creo que desconfían más de la gente que los ticos natales. Sus pasiones son la música reggae (podemos ver souvenirs y homenajes de Bob Marley por todas partes) y el surf. Allí aprendí a hacer surf, gracias al instructor y su gran paciencia ? También aún queda algún pescador en la misma playa, que cada mañana salen al mar y vuelven bien cargados.

 

 

En la zona de Puerto Viejo visitamos un poblado de indios bribri. Sólo de volver a ver las fotos vuelvo a emocionarme: nos enseñaron como vivían en sus poblados, no necesitaban “nada” que no les ofreciese la natura. Nos enseñaron plantas medicinales, nos pintaron la cara, tiramos con un arco e hicimos chocolate, de les mejores que he provado! Además de jugar bastante con los niños, les encantaba tocar la cámara.

 

 

Pasado Tortuguero y Puerto Viejo dejamos la auténtica esencia humana de Costa Rica. El siguiente destino fue La Fortuna, empezamos a ver el que se está convirtiendo Costa Rica, un parque de atracciones natural de estadounidenses y europeos. Una de las grandes alegrías del viaje, el joven guía Hector Altamirano. Gracias a él pudimos tocar la preciosa rana de ojos verdes, y además encontramos una víbora de terciopelo que estuvo un rato con ella, como Frank de la Jungla.

 

 

En Monteverde y Manuel Antonio casi igual que La Fortuna, guirilandia. Los canopys llenos de americanos, franceses, alemanes y algún español donde divertirse, y las playas de Manuel Antonio también llenas de turistas. Por suerte, de camino paramos en alguna soda (bar de carretera en Costa Rica), donde se respiraba la auténtica Costa Rica. Y fuéramos donde fuéramos, siempre que encontrábamos algún tico, muy amable, servicial y un placer compartir momentos con ellos.