Costa Rica – Los «Ticos»

Los “ticos”, buenos anfitriones de Costa Rica (parte 2 de 3)

Antes de visitar Costa Rica me hablaron y encontré en varios blogs de viajes que losticos (gentilicio coloquial de los costarricenses, y además con el fichaje de Keylor Navas por el Real Madrid, aún se dio más a conocer este apodo) eran muy amables y te recibían como uno más. Así lo pude comprobar cuando pisé el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría en San José, todo eran sonrisas y buenas palabras, menuda diferencia de Miami donde realicé el transbordo aéreo…

Esta es la segunda entrada de las tres dedicadas a un viaje a Costa Rica, donde voy a hablar de su gente. la verdad que me dieron muy buena impresión aunque también era dependiendo la zona. En San José, al ser la capital es el sitio que más variedad personas variopintas que encontramos: ticos (se ve de lejos que son ticos), algún turista y mochilero, trabajadores de oficinas y gente pidiendo para poder comer algo (el sitio que más pobreza encontramos!)

 

 

Primer destino después de San José, y donde la gente fue más amable: Tortuguero. Aún se vive como se vivía antes, la gente es muy amable, los niños juegan en la calle, la gente se relaciona con los turistas. También encontramos un poco de pobreza.

No os fiéis tal como os vienen a recibir que sólo os quieren vender las excursiones. Una vez hayáis dejado las maletas en la cabaña pregunta a varias personas para realizar las actividades y negocia los precios.

 

 

En Puerto Viejo cambió la cosa, no es que la gente sea peor, sino diferente. Los habitantes de Puerto Viejo son afrocaribeños procedentes de de Jamaica, que llegaron hace más de un siglo para la construcción del ferrocarril. Se nota que han sufrido en esta vida, y no son tan abiertos como la mayoría de ticos, les cuesta que les hagan fotos, y creo que desconfían más de la gente que los ticos natales. Sus pasiones son la música reggae (podemos ver souvenirs y homenajes de Bob Marley por todas partes) y el surf. Allí aprendí a hacer surf, gracias al instructor y su gran paciencia ? También aún queda algún pescador en la misma playa, que cada mañana salen al mar y vuelven bien cargados.

 

 

En la zona de Puerto Viejo visitamos un poblado de indios bribri. Sólo de volver a ver las fotos vuelvo a emocionarme: nos enseñaron como vivían en sus poblados, no necesitaban “nada” que no les ofreciese la natura. Nos enseñaron plantas medicinales, nos pintaron la cara, tiramos con un arco e hicimos chocolate, de les mejores que he provado! Además de jugar bastante con los niños, les encantaba tocar la cámara.

 

 

Pasado Tortuguero y Puerto Viejo dejamos la auténtica esencia humana de Costa Rica. El siguiente destino fue La Fortuna, empezamos a ver el que se está convirtiendo Costa Rica, un parque de atracciones natural de estadounidenses y europeos. Una de las grandes alegrías del viaje, el joven guía Hector Altamirano. Gracias a él pudimos tocar la preciosa rana de ojos verdes, y además encontramos una víbora de terciopelo que estuvo un rato con ella, como Frank de la Jungla.

 

 

En Monteverde y Manuel Antonio casi igual que La Fortuna, guirilandia. Los canopys llenos de americanos, franceses, alemanes y algún español donde divertirse, y las playas de Manuel Antonio también llenas de turistas. Por suerte, de camino paramos en alguna soda (bar de carretera en Costa Rica), donde se respiraba la auténtica Costa Rica. Y fuéramos donde fuéramos, siempre que encontrábamos algún tico, muy amable, servicial y un placer compartir momentos con ellos.