La Estrella, Teruel

Hay lugares que oyes hablar por una parta, después por otra, y finalmente un amigo que te conoce bien te dice: te llevaré un sitio que te gustará. Quique, conocido en el mundo de la montaña como el Maki del Pintxo fue hace unos 15 años en bici, i con su sexto sentido 😉 notó una sensación, algo que no era un sitio normal.

Finalmente hemos ido, y emociona el lugar. Ya me había informado un poco, sabía que desde hace 45 años sólo vive un matrimonio, Sinforosa y Martín y el tiempo no pasa allí. Entre Villafranca del Cid y Mosqueruela, a la otra parte del Penyagolosa, pero ya pertenece a Teruel (Aragón), y después de 12 quilómetros de pista, anclado en el valle encontramos La Estrella, que nos da la bienvenida con unos espectaculares colores de otoño. Tal como llegamos sale Martín a saludarnos; previamente por el coche habíamos hablado como eran Martín y Sinforosa, si les gustaba que los visitara la gente; y la verdad que se ponen muy contentos. Martín tiene un gran sentido del humor, una salud envidiable. Sinforosa es más vergonzosa, pero con la simpatía de Quique me deja hacer unas fotos mientras da de comer a sus gatos.

Nos muestra la iglesia, espectacular por el tamaño de La Estrella, se nota la devoción que ha habido en el Maestrazgo, y también impresiona la salsa de exvotos. Una iglesia que se llena dos veces al año con las romerías desde la Mosqueruela. Nos llama la atención una pequeña campana que es una bomba de la Guerra Civil, antes se aprovechaba todo!

Vamos a dar una vuelta por el pueblo, y como imaginábamos no hay ninguna calle con asfalto, y nos alegra ver alguna casa reconstruida. Muchas estrellas hay por todos los rincones: pintadas, a las puertas, a las piedras, etc. La casa del cura aún está como estaba, destaca entre las de los vecinos, y una placa de conmemora uno de los vecinos más ilustres que ha tenido: El niño de la Estrella, un famoso torero. También nos deja boquiabiertos una desgracia del 1883: El diluvio de La Estrella, que murieron 26 personas arrolladas por una enorme riada que destruyó 17 casas.

Como fotógrafos Tarragona es fantástico descubrir estos pueblos. Martín es un excelente anfitrión y está muy orgulloso del que hacen y son conscientes de lo que representan. Nos abre las puertas de su casa, la antigua hospedería que pertenece al obispado. Por la mida de las instalaciones se ve que era un lugar de paso de mucha gente. Es su cada, tienen fruta de temporada a secar, y nos llama la atención un viejo mapa de Europa con la URSS, el tiempo se ancló en La Estrella. Él continúa haciendo bromas y se ve contento por nuestra visita. Sinforosa ya se ha hecho amiga de Quique, y hablan de los gatos y perros que tienen.

Muy agradecidos por el trato y mostrarnos su casa, volvemos hacia el coche con un buen recuerdo que aún quedas lugares así. Es un lugar única, no sólo lo digo yo, podéis ver este corto que retrata tal como es la vida en La Estrella, o las leyendas que se cuentan, como se mostró en Cuarto Milenio. Mi reflexión es: que pasará a La Estrella cuando no estén Martín y Sinforosa? Esperamos que estén durante muchos años!