Camino de Santiago: Saint Jean Pied de Port – Logroño

Desde hace tiempo había algo que me llamaba la atención para hacer el Camino de Santiago y el año pasado un buen amigo lo hizo, lo que ya me decidió hacerlo. Hay muchos de caminos, y me decanté por el más popular el francés y con salida en Francia, en Saint Jean Pied de Port.

Llego al punto de partida y se respira el ambiente de peregrinos: mochilas a la espalda, bastones y todos con dirección a la oficina de recogida del peregrinos donde recibo la credencial y todos los peregrinos que estamos allí hacemos muchas preguntas con todos los idiomas. Así es el Camino de Santiago, un camino universal donde te encuentras nacionalidades de todo el mundo con un objetivo, llegar a Santiago de Compostela, o no.

Fue muy curioso, ya que en el primer albergue que voy alojarme era el único español: una pareja de australianos de 70 años, dos brasileños que no se conocían entre ellos, padre e hija de Canadá, un danés, un americano y una alemana. Recomiendo este lugar, el Albergue Beilari, que significa bienvenido en vasco, donde a parte de un trato muy personalizado, antes de cenar realizan actividades para romper el hielo entre los peregrinos y ayudarnos a abrirnos, y mucho de comida para empezar el Camino con mucha fuerza!

Antes de explicar el Camino de Santiago cuento lo que me llevé, ya que es uno de los mayores dudas para todos los que lo empiezan por primera vez:
– 1 par de botas
– 2 camisetas de manga corta
– 1 pantalón de trekking
– 1 sudadera
– 2 pares de calcetines
– 3 calzoncillos
– 1 impermeable (por suerte sólo el traje medio día)
– 1 braga para el cuello
– 1 pantalón de chándal (lo usaba para cuando llegaba y para dormir)
– Camiseta de manga larga (la utilizaba para cuando llegaba y para dormir)
– Chanclas (para ir por el albergue y para ducharme)
– 1 patucos (soy muy helado, para dormir me iban bien!)
– Toalla (fina del Decathlon)
– Neceser: champú, desodorante, cepillo y pasta de dientes, tapones para dormir y vaselina (para meter los pies antes de meterme las botas)
– Y recomendaría dos palos, ya que no los llevaba y se camina mucho mejor con ellos, menos carga en las rodillas y en la espalda.

Saint Jean Pied de Port – Roncesvalles

Una etapa mítica, y muy bonita, la única lástima es que fui por el valle, del 1 de Noviembre hasta el 1 de Abril está prohibido el camino por la montaña, una lástima porque me han dicho que es espectacular! Esta etapa la empecé con un peregrino de Binéfar y uno de Madrid, en el Camino mucha gente se sincera y cada uno te cuenta sus historias y los motivos para hacerlo. Pasamos por Valcarlos, primera localidad de Navarra y el tramo más impresionante la montada en el Alto de Ibañeta, muy dura, pero a medida que montábamos el paisaje se llenaba de hayedos y la nieve ocultaba el camino.

La llegada a Roncesvalles emociona, de golpe te encuentras el monasterio y empiezan a llegar los peregrinos: unos de Saint Jean, otros lo empiezan aquí; unos hasta Santiago, otros hasta una localidad concreta y otros hasta que el cuerpo les diga lo suficiente o el tiempo se acabe, cada uno hace su camino, pero todos hacemos el Camino.

Recomiendo la visita al claustro, y más en la nieve, era impresionante la cantidad que había. Casi obligatorio llevar tapones y paciencia para dormir, en el albergue de Roncesvalles duerme mucha gente!

 

Roncesvalles – Arre

A las 6:30 de la mañana se encienden las luces del albergue y suenan cantos gregorianos, así que difícil hacer un poco de pereza! Recomiendo no coger el desayuno que te venden en el albergue, en una hora ya tendrás hambre; se puede desayuno a la carta en el bar o sino al primer pueblo, Burguete. Sólo dejar Roncesvalles continuamos con la nieve, comienzo con un peregrino que realicé ayer la etapa y con otro de Irún que la acabé. Nos adentramos bosque adentro, el paisaje increíble, y así es durante toda la etapa, los bosques de hayedos son impresionantes!

Durante el camino encontré ropa dejada en árboles (los peregrinos ven el exceso de ropa que llevan en la mochila), y también curioso la lápida de un peregrino japonés muerto en 2002.

Ahora que tan de moda están los foodtracks, el Camino llevan tiempo. Encima del Alto de Erro encontramos un camioncito que hace de bar, y que seguro que se hace el diario. La bajada hasta Zubiri se hace lleurega, tanto es así que llegué con un peregrino de Irún a las 13: 30h, y decidimos continuar después de coger fuerzas con un buen plato de pasta.

Y así es, encontramos algún peregrino que tampoco decide parar y se quedan hasta Larrasoaña, pero nos vemos bien y decidimos continuar. Seguimos el Arga y con el sol que empieza a caer la luz es preciosa; nos animamos y queremos ir hasta Pamplona, ​​pero a las 19h las piernas ya no responden y descarto la opción de Pamplona. Al entrar en Villava y cruzando el puente románico está el Monasterio de Trinidad de Arre, que también es un albergue, regentado por un abuelo que por muy cansado que estés te hará bromas y reír, qué cariño le cogí! Me despide del compañero de Irún y entro en el albergue, donde sólo somos 3 personas! Estoy que no me aguanto, he caminado 40 kilómetros, y de este día lo recordaré todo el Camino.

Nota: recomiendo realizar las etapas marcadas cada día, el Camino es muy largo, es una carrera de fondo, y aunque un día te ves bien de fuerza mejor que te guardas para el día siguiente o sino lo pagarás

 

Arre – Puente la Reina

Me despide del abuelo más simpático del mundo y aún continúa riendo, dirección hacia Pamplona, ​​y la verdad que entra una emoción por dentro, sólo pasar la muralla, cambia totalmente, Pamplona es una ciudad que he visitado varias veces a San Fermin, el el ambiente es muy diferente ahora, se puede caminar, pero la verdad que siempre te entra algo cuando estás en sus calles. El Ayuntamiento, la Calle Mercaderes. Desayuno con una pareja de amigos que vive aquí, cojo energías y dirección a Puente la Reina.

Paso por Cizur Menor y en Zariquiegui parada técnica para comer algo, viene la subida del Alto del Perdón y es dura. Arriba las vistas son preciosas con una panorámica de toda Navarra, y el monumento a los Peregrinos que hay arriba también; el más duro es la bajada donde las rodillas pasan factura.

Por la tarde la etapa recorre por Uterga, Murazábal y Obanos donde los peregrinos son de todas las clases: familias, ciclistas y otros que ya han hecho el Camino varias veces, todos disfrutando de un paisaje primaveral y Sol empieza a apretar.

Ya se ve Puente la Reina, final de etapa y antes de entrar en el albergue recorro todo el pueblo, uno de los más bonitos de este tramo con casas pintorescas y la calle mayor con mucho encanto. Y a descansar, las piernas y el cansancio se notan, ya que en 3 días he realizado 4 etapas.

 

Puente la Reina – Villatuerta

Un buen desayuno en Puente la Reina y hacer camino, es muy importante desayunar bien durante el Camino! Las calles de Puente la Reina son los más bonitos durante este tramo y emociona a primera hora con todos los peregrinos que comienzan la etapa. Fue el único día que llovió, por suerte 4 gotas que tocó meterme el impermeable.

Durante esta etapa ya comienzan a verse campos de viñedos, indica que nos acercamos a La Rioja. El recorrido transcurre por Mañeru, Cirauqui y Lorca, y una de las cosas que más me impactó fue un mapa del mundo realizado en neumáticos a un campo.

Ya que el segundo día realicé más kilómetros que tocaba, no llegué a Estella, donde era el final de etapa, preferí parar en Villatuerta y descansar toda la tarde, aquí me di cuenta que el Camino es una carrera de fondo , y si las etapas están organizadas así por algo será.

 

Villatuerta – Los Arcos

Ya me despierto más descansado y un poco tarde, el día hoy acompaña, un sol radiante acompañe durante todo el recorrido. Desayuno en Estella, un pueblo muy monumental y donde hago un recorrido por la Iglesia de San Pedro de la Rúa y su claustro. A la salida de Ayegui está la famosa Fuente del Vino donde hago un trago, y como no con la concha que me dieron en Saint Jean Pied de Port.

A lo largo de la etapa el sol apretó bastante y junto con el peso de la mochila se hizo bastante dura al final, suerte que pasado Villamayor de Monjardín encontré un foodtruck con parada técnica obligatoria pero el final se hizo interminable con campos de sembrado y el sol intensificando y con ningún peregrino ni por delante ni por detrás. Por fin llego a Los Arcos y me quedo en el albergue la Casa de Austria, uno de los lugares donde estuve más cómodo, donde casi todos los peregrinos eran extranjeros.

 

Los Arcos – Logroño

Última etapa y con final en Logroño. Le estoy cogiendo gusto al Camino de Santiago y no quisiera terminar, además el día que me siento mejor, las piernas responden. Mucha gente que me he cruzado durante el Camino me ha dicho que a partir del quinto o sexto día es cuando mejor está, tu cuerpo ya está acostumbrado a caminar todos los días y así lo noté.

Durante unos kilómetros voy con un padre e hijo de Alcant y su perro, también la primera vez que lo realizan y con ganas de volver, pegado mucho! Llego con otro peregrino en Viana, ya que me paro bastante realizar fotos y los otros dos iban a buen ritmo.

Viana es un pueblo grande y el último de Navarra, con una calle mayor muy bonito y un centro monumental. Saliendo de Viana me encuentro un señor de borde 60 años que también tiene afición a la fotografía. Normalmente me cuesta parar para estar un buen rato hablando, siempre tengo muchas cosas que hacer y las prisas me matan pero al Camino tengo todo el día por delante y aprender de la gente que compartir esta experiencia.

Una cosa que se me quedó de este señor fue: «yo podría ser Rockefeller oa la inversa, o vivir ambos en Barcelona, ​​tener un buen coche y mirarte por encima, pero al Camino todos somos igual, no hay clases sociales «; y así es el Camino, compartes vivencias y recorrido con mucha gente que a otro sitio no conocerías, o no conectarías con ellos, pero es especial.

Dejamos Navarra y ya entramos en La Rioja, emociona saber que ya queda poco para terminar, y que el objetivo está cumplido. Digo adiós del señor de Barcelona, ​​él también termina aquí y busco un albergue, y después de una merecida siesta voy a fotografiar la ciudad y unos vinos en la Calle Laurel, «La Senda de los elefantes»!

 

Esta ha sido la primera experiencia en el Camino de Santiago y espero que no sea la última. Una experiencia que creo que todos los que pudiéramos deberíamos hacer, suma mucho como persona, para conocer a uno mismo, saber ir por el mundo con sólo lo que tienes y abrirte y conocer gente de todo el mundo, en el Camino todos somos iguales, desaparecen las clases sociales.

Todos los peregrinos tienen su motivo para hacerlo, ya bien motivos personales, cultural, turismo, deportivos, pero cualquier motivo es bueno para hacerlo. También es curioso como peregrinos de todo el mundo vienen a hacerlo, conocí de Australia, Canadá, Estados Unidos, Brasil, Argentina, Francia, Holanda, Alemania, Japón y Corea del Sur, un camino universal conocido en todo el mundo, y como muchas veces no sabemos lo que tenemos aquí al lado.

Hasta otra Camino!