Bulgaria

Quién diría hace unos años que desde Vilanova de Alcolea iríamos a Bulgaria. Así es, uno de los vuelos regulares del Aeropuerto de Castellón es Sofía, una ciudad post comunista que ya pertenece a la Unión Europea. En sus calles se ve todavía la huella comunista, como el antiguo tranvía que atraviesa Sofía, y sobre todo la gran pobreza que se ve en las afueras de la ciudad, con casas construidas con madera o materiales de poca durabilidad.

Destaca su gran Catedral Ortodoxa de Alexander Nevski, junto al Parlamento y la Universidad de Sofía. La arquitectura de los edificios religiosos es muy llamativa, con blancos, verdes y dorados.

 

La vida en Sofía

Las calles de Sofía aún no se han desfasado por el capitalismo, muchas cafeterías y mercados con productos autóctonos son característicos mientras paseas por la calle, y la gente todavía te mira como extraño algunos turistas que paseamos por allí. Destacan la gran cantidad de miel y el queso feta, muy característico de Grecia, que es vecina al sur del país. Esta influencia griega se nota con la cocina, mucha ensalada, quesos; también con toques árabes y mucha carne.

Por la noche la vida es muy diferente, una gran oferta de pubs con mucha tradición componen la noche búlgara, con discotecas más vip. Muy recomendado realizar una ruta de pubs y que te cuentan las diferentes historias de cada uno.

También es característico los mercados de segunda mano, donde puedes comprar desde armas desactivadas de la época comunista, placas de edificios comunistas o incluso animales disecados.

 

Fortaleza de Belogradchik

A unas 3 horas de Sofía se encuentra la Fortaleza de Belogradchik, una espectacular formación rocosa con rocas de más de 200 metros y unas formas muy características. Desde siempre ha tenido la misión de controlar las carreteras que pasan por los Balcanes. En la parte más alta se encuentra la Ciudadela, protegida por las grandes rocas.

El problema que tuvimos cuando la visitamos es la niebla, que no pudimos ver a más de 15 metros de distancia y contemplar la inmensidad de la Fortaleza de Belogradchik. También se recomienda parar por los bosques cercanos, de hoja caducifolia que en otoño forma una alfombra de hojas.

 

Los Siete Lagos de Rila

Uno de los lugares más impresionantes de Bulgaria son los Siete Lagos de Rila, aunque nosotros sólo pudimos ver un debido a la gran cantidad de nieve que había. La experiencia siempre la recordaremos, sólo llegue abajo de los lagos, nos ofrecen subir con un 4×4 con referencias comunistas y los típicos hombres del este, que hacían dos de nosotros, a pagar y poco a negociar. Subir al todo terreno fue una gran aventura, por un camino lleno de nieve y piedras el coche se agarraba como si nada, no pensábamos que un coche podría hacer eso!

Ya arriba en el refugio, los propietarios nos dijeron que no llegaríamos ni al primer lago, ya que no llevábamos el material adecuado, y casi fue así, ya que una ventisca nos mantuvo quietos durante más de 20 ‘, pero a la mínima que paró vimos el lago, aunque sólo fuese 5 ‘. Y de nuevo hacia abajo que la ventisca volvía.

 

Cabe destacar el asequible que es este país y también la seguridad, no tuvimos ningún problema. Un lugar para ir, y más teniendo el Aeropuerto a Castellón y el vuelo tan económico. Te adentras a los restos del comunismo, y sobre todo abrigado!